miércoles, 30 de marzo de 2011

Contaminación del agua, por Cristian Andrés Ríos Valencia

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Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan muchas poblaciones es a la contaminación del agua, siendo ésta uno de los recursos imprescindibles para la vida.

Gracias al aumento de población, desde la Revolución Industrial, producción y consumo han crecido y se han producido sustancias ajenas a su composición; también aumentan las actividades domésticas, desechos de alcantarillado, industriales, abonos y pesticidas del trabajo agrícola, etc., todo lo cual produce un impacto en la vegetación y disminuye la calidad del oxígeno produciendo la muerte de muchos seres vivos

Uno de los grandes ejemplos es el vertido de petróleo en el mar que daña gran parte de la flora y la fauna.

Cuando la cantidad de contaminantes es excesiva la autodepuración resulta imposible.

martes, 29 de marzo de 2011

Abrir y cerrar de ojos, por Neyla Gómez Rodríguez

Imagen de Wikipedia.

Nací en Colombia. Fue en 1991 cuando llegó alguien a mi casa y me propuso venir a España. Me pareció una buena idea y esa misma mañana saqué el pasaporte y compré el billete. A los pocos días me vine para España por primera vez. Estuve aquí poco tiempo. No me gustó mi experiencia. Me sentía sola y regresé a mi país, a mi casa.

Al mes de estar allí, una vecina que ya vivía en España y que había regresado de vacaciones a Colombia me insistió y volví. Ella misma me regaló el billete para venir. ¿Fue suerte o fue que cogí mi tren? El caso es que esta vez me fue muy bien. Ya no estuve sola, me fui a vivir con mi vecina y todo fue muy bien. Hoy me siento muy feliz porque fue aquí donde conocí a mi marido y donde tuve a mi hijo.

lunes, 28 de marzo de 2011

El conductor, por José Luis Gómez Alonso

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Estaban unos amigos en una carretera de mediana velocidad conduciendo su coche cuando, de repente, observó como otro coche que venía en sentido contrario al suyo le hacía señales raras y sorprendentes. Les gritó varias palabras por la ventanilla, pero no se entendieron todas. La que sonó más claramente fue la palabra “¡cerdos!”.

Entonces, los que iban en el coche se sintieron ofendidos e incluso querían perseguir al que les había gritado y hecho gestos extraños. Cuando se serenaron, prosiguieron la misma ruta, no sin cierta molestia, comentando que la gente estaba muy agresiva, inclusive ellos mismos, que aumentaron la velocidad por la ira que todavía sentían.

A los pocos kilómetros de recorrido, se encontraron con centenares de cerdos salvajes que estaban invadiendo la carretera y que habían provocado un montón de accidentes. Incluso estaban atacando a las personas accidentadas que se encontraban fuera de sus coches. Apenas les dio tiempo para frenar, retroceder y escapar del peligro para ir a pedir ayuda.

Nunca ayudes de manera incompleta. Si no vas a ayudar completamente, no lo hagas.

jueves, 24 de marzo de 2011

Las tinajas, por Concepción Blanco Engenios

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Había una vez un hombre que para transportar agua a su casa tenía que recorrer un buen camino. Lo hacía muy contento con su burro y, a ambos lados del burro, sus dos tinajas.

Una de las tinajas ya estaba muy usada y tenía bastantes grietas, la otra estaba totalmente nueva. Por el lado de la más vieja, siempre dejaba un reguero de agua y llegaba a su casa con la mitad del agua.

—Ya es hora de cambiar la tinaja vieja que llevas, se derrama mucha agua y luego nos falta para beber —le dijo un día su mujer.

—¿Tú no has pensado de dónde te traigo las rosas, las legumbres y las hortalizas? — le respondió el marido.

La mujer se quedó pensativa, pues no sabía de dónde se las traía.

—Hace tiempo que me había dado cuenta de que cuando vengo a casa dejo un reguero de agua por el camino —le continúo diciendo su marido—, por lo que decidí sembrar rosas, legumbres y hortalizas en el reguero. Así, cada día, al pasar por el camino, la vieja tinaja las riega.

—Tienes razón —le dijo su esposa—, aunque la tinaja es vieja sirve para otras cosas.

Moraleja: cuando nos hacemos mayores tenemos otras habilidades que podemos aportar al mundo y a nosotros mismos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

La bondad del rico, por Verónica Moreno Martínez

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Érase una vez que un padre y su zagal, que tenían mucho dinero, salieron a dar un paseo por los olivos. Mientras caminaban, disfrutando del paisaje, vieron una chaqueta en el suelo. Parecía ser la chaqueta de un hombre muy pobre que trabajaba en la finca de al lado.

—Vamos a gastarle una broma —dijo el hijo—. Le voy a esconder la chaqueta a ver qué cara pone.

—Eso de reírse de los demás no está bien —le respondió el padre—, aunque me has dado una idea. Vamos a darle una alegría a este hombre y verás cómo le cambia la cara. Métele en cada bolsillo de la chaqueta estas monedas y vamos a escondernos detrás de esos olivos a ver qué pasa.

El jornalero, cuando terminó su trabajo en la finca, recogió sus pertenencias y se puso la chaqueta. Cuando, para su asombro, sacó las monedas de los bolsillos.

—¿Quién habrá tenido la bondad de hacer este milagro?, exclamó el hombre gritando. Gracias a este dinero podremos comer mi familia y yo hasta que termine el trabajo y me paguen.

Mientras tanto, el padre y el hijo que le estaban escuchando, se miraban mutuamente con gesto sonriente.

—Padre, me has dado una lección que nunca olvidaré —exclamó el muchacho—. Ahora entiendo algo que antes no comprendía, que es mejor dar que recibir.

martes, 22 de marzo de 2011

Paella completa, por Stevenson Rodríguez Avilés



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Ingredientes para 6 personas
600 gramos de arroz
500 gramos de almejas
300 gramos de gambas
200 gramos de calamares
2 tomates maduros
1 pimiento verde
2 dientes de ajo
Colorante alimenticio amarillo, al gusto
Perejil, al gusto

Elaboración
Lavar las almejas en agua fría con sal, abrirlas en un cazo con media taza de agua, y reservar las almejas y el caldo por separado.

Lavar los pimientos, quitarles las semillas y trocearlos. Lavar el pollo y trocearlo. Lavar los calamares y cortarlos en tiritas. Pelar las gambas y cocer las cáscaras y las cabezas durante 10 minutos, y colar y reservar el caldo.

Calentar el aceite en una paellera y freír el pollo hasta que se dore, agregar los calamares, saltear un par de minutos y añadir la cebolla muy picada, los pimientos, los guisantes y los tomates pelados. Rehogar todo durante 15 minutos. Incorporar el arroz, revolver y regar con el caldo caliente de las gambas y de las almejas más la cantidad de agua necesaria, calculando el doble del volumen de líquido que el del arroz.Hacer un majado con los ajos pelados y el perejil y añadirlo a la paella, sazonar y agregar colorante al gusto y cocer 10 minutos a fuego vivo. Bajar el fuego y cocer unos 6-7 minutos a fuego suave. Al final de la cocción, agregar las gambas y las almejas. Dejar reposar unos 3-4 minutos y servir enseguida.

lunes, 21 de marzo de 2011

Mi hermanita, por José Luis Alonso


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Pelusa tiene una hermanita. Su mamá está muy preocupada. Se siente tan solo que ni siquiera tiene ganas de comer. Pelusa intenta jugar sin hacer ruido para que su hermanita no se despierte, pero es tan aburrido.

¡Qué bien! Su amigo Pompón ha venido a buscarlo para ir a pescar.

–Pero primero tengo que pedir permiso a mamá –dijo Pelusa.

¡Qué mala suerte! Mamá dice que se lleve a su hermanita que se acaba de despertar.

–Pompón, ¿puede venir mi hermana con nosotros?

–¡Claro!

La hermanita de Pelusa llora todo el rato porque quiere pararse a recoger flores.

–Así nunca vamos a llegar al río. ¡Qué lata! ¿No te gustaría tener una hermanita? Si la quieres, te la regalo –dijo Pelusa.

–¡Ay, ay, ay!

De repente, la hermanita de Pelusa ha desaparecido. Se ha hecho de noche y Pompón tiene que volver a su casa, pero Pelusa sigue buscando.

–¿Dónde podrá estar?

En ese momento, oye a papá y a mamá gritar su nombre.

–¡Pelusa, Pelusa!

Cómo va a decirles que su hermanita se ha perdido. Pelusa se acerca a papá preocupado. Cuando papá se da la vuelta, ve a su hermanita en los brazos de papá.

En el corazón de mamá y papá hay sitio para los dos.

viernes, 18 de marzo de 2011

Dos modos de entender la vida, por Ana Toapanta


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Había dos hermanas de sangre que tenían distinto criterio para entender la vida. La mayor, Viqui, como la llamaban, desde muy niña trabajaba mucho para sacar las mejores notas, jugaba en el equipo de baloncesto y se esforzaba por sacar tiempo para ayudar a sus padres en su pequeño negocio familiar. Aprendió la lección que le dio la vida al ver como sus padres prosperaron de la nada y en la actualidad pueden vivir dignamente. Viqui terminó sus estudios y encontró un buen trabajo en el que se sentía muy a gusto porque correspondía con lo que había estudiado.

En cambio, la pequeña, Elena o Elenita, como se la llamaba, que había tenido todo en la vida, como su hermana, además del apoyo por parte de sus padres, no se esforzaba en conseguir sus metas y se conformaba con lo que tenía. No terminó sus estudios porque encontró un chico de posición económica estable con el que se casó pensando que no tendría ninguna necesidad más en la vida. Cuando le fue mal con su marido, se dio cuenta tarde de que, no haber aprovechado lo que tenía cuando era más joven, le había dejado sin una carrera profesional. Ahora no es feliz.

jueves, 17 de marzo de 2011

La plantita Lupita, por Jesús Lucena Martínez


Había una vez una plantita que se llamaba Lupita y que vivía en una ventana. Un fuerte día de viento, el aire sopló y sopló y Lupita se cayó.

Unos niños que pasaban por allí vieron a la pobre Lupita tumbada en el suelo muy triste porque tenía mucha sed y hambre. Los niños, como eran niños, pensaron qué podrían hacer para ayudar a la pobre Lupita. Pensando y pensando… se les ocurrió una idea: plantar a Lupita en el jardín.

Había un problema, tenían que decírselo a sus papás. Ellos no sabían nada de lo que había pasado y tenían que darles permiso para plantar a Lupita.

–¡Papá, papá! No puedes imaginarte lo que ha pasado, la plantita que vivía en la ventana se ha caído debido al fuerte viento, pero hemos tenido una idea para ayudarla.

–¿Cuál es? –dijo su papá.

–Pues plantarla en nuestro jardín

–Claro que podéis. Los niños cogieron sus palitas y se marcharon a plantar a Lupita.

Al día siguiente, al verla tan seca, las nubes y el cielo se pusieron a llover, y Lupita bebió y bebió hasta recuperar su color. Después salió el sol y Lupita se calentó. ¡Qué suerte había tenido Lupita!

Gracias a la ayuda de los niños, Lupita se convirtió en una planta muy bonita. Con el paso del tiempo llegó a ser un árbol muy grande y con muchas ramas y hojas donde los pajaritos hicieron sus nidos. Lupita estaba encantada, porque le gustaba tener muchos amigos. Y de esta manera, Lupita fue feliz para siempre.

Moraleja: De suerte, contento uno de cientos.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Los enanitos y el lobo, por Concepción Blanco Engenios


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Érase una vez, en un país muy lejano llamado Tocatoca, que vivían unos enanitos en una casita construida en el tronco de un árbol.

Una tarde que se encontraban en casa haciendo sus quehaceres (leer, cantar, coser…) escucharon el aullido tremendo. Salieron de su casa muy asustados y vieron a unos hombres que perseguían al lobo, y observaron cómo le dieron caza y le mataron. Los enanitos volvieron a casa tristes, pensando que los hombres habían sido injustos con el lobo.

Al día siguiente, los enanitos estaban jugando en el bosque, disfrazados con una piel de cordero. Un lobo, que estaba por allí, se lanzó sobre ellos. Muy asustados, los enanitos echaron a correr y, como pudieron, se metieron en su casita al pie del árbol. Tras el gran susto que se habían llevado, y, una vez a salvo, comprendieron que el día anterior los hombres habían atacado al lobo para defenderse. Entendieron la moraleja: por supervivencia, muchas veces tienes que hacer cosas que no te gustan.

martes, 15 de marzo de 2011

El granjero con suerte, por Leidy Jhoana Correa Henao


Imagen de Wikimedia.

Una tarde gris, un campesino muy humilde se encontraba en su pequeña granja realizando sus labores del campo y se sentía muy satisfecho porque su única vaca le había proporcionado suficiente leche para venderla en el mercado. Este era el único ingreso que había en la casa. Cuando regresó a su casa por la noche, sorprendió a su mujer y a sus hijos con el abundante dinero que ganó en el mercado con la venta de la leche y con un pavo que había comprado para cenar. Con el dinero restante saldaron todas las deudas que tenían pendientes.

Se marcharon todos a dormir muy felices, sin saber que al día siguiente no tendrían tanta suerte. La vaca enfermó de tal manera que no se tenía en pie y no daba leche. Tras varios días sin ingresos económicos en la casa, el campesino desesperado no sabía cómo afrontar la situación mientras observaba a su mujer y a sus hijos hambrientos.

Un día llamó a su puerta un viajero pidiendo posada ya que se estaba haciendo de noche y el pueblo se encontraba lejos de aquel lugar. El granjero y su familia compartieron con él lo poco que les quedaba de comida y le ofrecieron una cama donde dormir.

A la mañana siguiente, el viajero les ofreció su ayuda a cambio de que el granjero le acompañase a un gran precipicio que se encontraba cerca de la granja. El campesino se imaginó que iba a tirarse por él y terminar con su vida, pero lo que él pretendía era tirar a la vaca, y así lo hizo. El granjero, muy enfadado, pensó que el viajero quería dejarle en la ruina y lo echó de la granja. Antes de irse, el viajero le regaló una bolsa con algo de dinero y le deseó suerte. Su intención era agradecerle lo que la noche anterior habían hecho por él. Había comprendido que la vaca enferma podría contagiar a su familia y arruinar por completo la granja de sus anfitriones.

Unos años más tarde, el viajero volvió a pasar por la granja y se dio cuenta de que era más grande y había muchos animales encerrados en corrales y establos que antes no existían. Cuando el campesino vio al viajero sintió mucha alegría y fue hacia él para darle un gran abrazo. Le agradeció lo que había hecho con su vaca, le contó cómo había invertido el dinero que había en la bolsa y cómo había trabajado muy duro junto a su familia durante estos años. Le confesó que sin su ayuda nunca se hubiera desprendido de la vaca enferma y nunca hubiera logrado la estabilidad económica que ahora tenía para su familia.

lunes, 14 de marzo de 2011

Le doy gracias a Dios, por Paulina Altagracia Santos


Desde que llegué a España me siento muy contenta porque he aprendido algo que es muy importante para mí, para mi familia y para los demás: saber que con mi trabajo estoy ayudando a personas que están muy necesitadas de amor, cariño, comprensión y compañía.

Trabajo como Auxiliar de Ayuda a Domicilio y, en el tiempo que llevo haciendo este trabajo, me siento muy feliz, porque a la vez que estoy trabajando estoy ayudando a los demás. Trabajo con ancianos que siento como de mi familia y a los que quiero atender cada vez mejor, por este motivo estoy estudiando en este centro el curso de Auxiliar de Geriatría. Quiero aprender más para tener algo más que dar.

A pesar de que estoy casada con un hombre español muy bueno y de buena familia, trabajar con los ancianos es lo mejor que me ha pasado en España y voy a luchar por aprender más. Por todo ello, le doy gracias a Dios.

viernes, 11 de marzo de 2011

La bodas de oro

Imagen de diariodemallorca.

El pasado 19 de febrero mis abuelos cumplieron 50 años de casados: fueron sus bodas de oro.

Al principio pensaron en volver a casarse, conmigo como padrino y una de mis primas como madrina, pero al final decidieron festejar este gran día con una comida familiar.

Una vez recogimos a los "novios" en su casa y nos reunimos toda la familia en el restaurante, disfrutamos de una gran comida y una mejor compañía. Durante la comida se contaron anécdotas, vivencias, recibimos la visita de un amable vendedor de cupones que, incluso él, nos hizo reír..., pero, sin dudarlo, el mejor momento fue la entrega de regalos. Durante el postre, el hijo mayor de mis abuelos, mi padre, les hizo entrega de un cuadro pintado a mano en que había escrito una frase que hará que jamás olviden lo especiales e importantes que son para nosotros; no recuerdo haber visto en muchas más ocasiones a mis abuelos tan felices, felices hasta el punto de emocionarse, de llorar de alegría. ¿El agradecimiento? Una canción cantada por mi abuelo que nos hizo sonreír y aplaudir a todos; una de esas canciones que hablan de la grandiosidad y el amor de una familia, una de esas canciones que, hasta al más duro de la familia le hace salir una lagrima.

Durante toda la comida recuerdo pensar, o más bien desear, que ojalá yo llegue a ser la mitad de feliz que lo son ellos, y hacer a los míos la mitad de felices que ellos me hacen a mí.

jueves, 10 de marzo de 2011

Mi historia de amor

Imagen de Wikipedia.

Os voy a contar cómo conocí a mi novia. Una tarde decidí conectarme a una página de una antigua discoteca para chatear un rato y conocer gente con la que comparto afición por cierta música; pues bien, allí estaba ella.

En cuanto vi su foto quise conocerla; rápidamente la saludé y empezamos a hablar. Tarde tras tarde y noche tras noche, cuando me conectaba, deseaba que estuviera esperándome en el Messenger con las mismas ganas de hablar conmigo que tenía yo de hacerlo con ella; y ahora, sé que así era. Al principio las conversaciones eran típicas y superficiales, hablábamos de temas como la discoteca, los Djs o la gente, pero poco a poco conseguí saber más de ella, gustos, aficiones y cosas de su vida en general. Según íbamos hablando día tras día sentía que me gustaba cada vez más, la animaba cuando estaba triste, era la única con la que me apetecía hablar cuando tenía un mal día incluso la hacía reír para que me mostrara la mejor de sus sonrisas.

Un día conseguí quedar con ella, fue un día que espero no olvidar nunca. Quedamos en Atocha y recuerdo como si fuera ayer los nervios que sentía, la ilusión de verla acercarse a los torniquetes, la vergüenza al saludarla con dos besos. Durante los largos paseos por la estación, Atocha y El Retiro fui calmándome y sintiéndome cada vez más a gusto a su lado; después de un rato de tonteo y de mirarla fijamente la besé, fue a partir de ahí cuando supe que quería estar con ella, y después de un mes demostrándole que lo decía de verdad, empezamos a salir.

Alguno que lea esta última parte pensará que estoy exagerando, lo sé porque ella también lo pensó cuando se lo dije, pero mirad si realmente lo decía en serio que, después de más de cuatro años, sigo a su lado, y creedme que no siempre es fácil.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Patatas rellenas de carne, por Karen Piedrahíta Pérez


Imagen de recetasdiarias.

Ingredientes para 4 personas

6 patatas medianas

250 g de carne picada, mezcla de cerdo y ternera

Una zanahoria

Una cebolla

3 tomates

Un vaso de vino blanco

Un huevo

Pan rallado

Harina

Aceite de oliva virgen extra

Sal, pimienta y orégano


Elaboración

Pela las patatas y cuécelas en abundante agua hirviendo con sal. Cuando las patatas estén cocidas haz un puré denso con aceite de oliva, pon a punto de sal y pimienta y reserva. Deja tapado el puré de patatas con papel film para que no se reseque.

Corta la cebolla y la zanahoria. Póchala en una cazuela con aceite de oliva y sal; cuando la verdura esté blanda incorpora la carne picada y rehoga el conjunto. Incorpora el vino, reduce y añade los tomates triturados y el orégano. Cuece durante 40 minutos a fuego lento y pon a punto de sal.

Haz bolas con el puré y rellénalas con la carne picada.

Pasa las bolas por harina, huevo y pan rallado, por este orden, y fríe en abundante aceite de oliva caliente.

martes, 8 de marzo de 2011

En torno al dragón, por Héctor Curay


Imagen de Wikimedia.

El dragón posee la capacidad de asumir muchas formas, pero éstas son inescrutables. En general se lo imagina con cabeza de caballo, cola de serpiente, grandes alas laterales y cuatro garras, cada una provista de cuatro uñas. Se habla asimismo de sus nueve semblanzas: sus cuernos se asemejan a los de un ciervo, su cabeza a la del camello, sus ojos a los de un demonio, su cuello al de la serpiente, su vientre al de un molusco, sus escamas a las de un pez, sus garras a las del águila, las plantas de sus pies a las del tigre, y sus orejas a las del buey. Hay ejemplares a quienes les faltan orejas y es habitual representarlo con una perla que pende de su cuello y es emblema del sol. En esa perla está su poder. Es inofensivo si se la quita. La historia le atribuye la paternidad de los primeros emperadores. Sus huesos, dientes y saliva poseen virtudes medicinales. Puede, según su voluntad, ser visible o no a los hombres. En la primavera sube a los cielos y en el otoño se sumerge en la profundidad de las aguas.

Algunos carecen de alas y vuelan con ímpetu propio. Se distinguen varios géneros. El Dragón Celestial lleva en el lomo los palacios de las divinidades e impide que estos caigan sobre la tierra; el Dragón Divino produce los vientos y las lluvias, para el bien de la humanidad; el Dragón Terrestre determina el curso de los arroyos y los ríos; el Dragón Subterráneo cuida los tesoros vedados a los hombres. Los budistas afirman que los dragones no abundan menos que los peces de sus muchos mares concéntricos; en alguna parte del universo existe una cifra sagrada para expresar su número exacto. El pueblo chino cree en los dragones más que en otras deidades, porque los ve con tanta frecuencia en las cambiantes nubes. Paralelamente, Shakespeare había observado que hay nubes con forma de dragón.

El dragón rige las montañas, se vincula a la geomancia (especie de magia y adivinación), mora cerca de los sepulcros, está asociado al culto de Confucio, es el Neptuno de los mares y aparece en tierra firme. Los reyes de los Dragones del Mar habitan resplandecientes palacios bajo las aguas y se alimentan de ópalos y perlas. Hay cinco de esos reyes: el principal está en el centro, los otros cuatro corresponde a los puntos cardinales. Tienen una lengua de larga y al cambiar de postura hacen chocar las montañas. Están revestidos de una armadura de escamas amarillas. Bajo el hocico tienen una barba y las piernas y la cola son velludas. La frente se proyecta sobre los ojos llameantes, las orejas son pequeñas y gruesas, la boca siempre abierta, la lengua y los dientes afilados. El aliento hierve a los peces, las exhalaciones del cuerpo los asan. Cuando suben a la superficie de los océanos producen remolinos y tifones; cuando vuelan por los aires causan tormentas que destruyen las casas de las ciudades y que inundan los campos. Son inmortales y pueden comunicarse entre sí a pesar de las distancias que los separen y sin necesidad de palabras, y en el tercer mes hacen su informe anual a los cielos superiores.

lunes, 7 de marzo de 2011

El caníbal de Rotemburgo, por Kemberly Andrade


Imagen de Wikipedia.

Piden cadena perpetua para el caníbal que se comió a un hombre para satisfacer sus fantasías sexuales.

Ya hace unos cinco años Meiwes mató, descuartizó y se comió a otro hombre para satisfacer la fantasía sexual de ambos.

La defensa sostiene que Meiwes debería ser condenado por homicidio por petición de la víctima; en cambio la fiscalía opina que debería ser juzgado por asesinato.

El abogado del caníbal, Joachim Bremer, asegura que "no fue ningún asesinato". Recordó que la víctima manifestó explícitamente su deseo de ser devorado por Meiwes, aunque ese hecho supusiese su muerte

Si el juez acepta el argumento de la defensa, el antropófago podría ser condenado de seis meses a cinco años.

Después de examinar al caníbal unos expertos, han llegado a la conclusión de que dicha persona sufre una fuerte perturbación mental que no puede ser curada mediante terapias. El caníbal está catalogado como una amenaza para la sociedad.

viernes, 4 de marzo de 2011

De vacaciones por Europa, por Marlon Antonio Tuarez Velis


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En las vacaciones fui a Suiza, Alemania, Francia y Liechestein. Todo empezó porque unos amigos me invitaron a pasar una temporada en Zurich (Suiza). Acepté la invitación pero el único problema que había era el que no podía viajar hasta finales de junio. Cuando llegó el momento de partir me hizo mucha ilusión saber que iba a conocer un nuevo país. A pesar de ser pequeño país en territorio, tiene mucho que ofrecer: sus grandes bancos, sus reconocidos chocolates y sus hermosos paisajes. Al poco tiempo de llegar, mis amigos decidieron llevarme a conocer varios lugares turísticos, como las cataratas del Rhin Shaffhausen. Días después conocí el Lago Zúrich y más tarde, la sede de la FIFA, aunque no me impresionó mucho. Transcurridas dos semanas, me pidieron que les acompañase a comprar mercancía ya que ellos eran comerciantes y necesitaban comprar mercadería para la venta de bisutería. Y decidimos ir primero a Alemania y luego a Francia.

En estos países la venta al por mayor es más barata. En Alemania no conocí mucho, pero por lo que sé es una gran potencia industrial. Aun así, más tarde fuimos a Europa Park, situada en Rust, muy cerca de la frontera entre Francia y Suiza. En Francia compramos lo que nos faltaba de la mercadería y lo hicimos en Paris. Allí tuvimos tiempo para recorrer y conocer a pie algunos de los monumentos más conocidos, como la torre Eiffel, el río Sena, la catedral de Notre Dame entre otros. Después, regresamos a Zúrich, y semanas más tarde volví a Madrid, con la gran satisfacción de haber conocido nuevos países y de haber tomado la decisión de haber viajado.

jueves, 3 de marzo de 2011

Calles sucias de Francia, por Jonathan Alonso García


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Serían las dos o las tres de la madrugada y hacía el típico frío de la ciudad.

Las noticias decían que había sido encontrado muerto en el salón de su casa con un balazo en la nuca un chico de 17 años años de rasgos árabes. Estos hechos han ocurrido en un barrio de la periferia de la ciudad.

Said era nuevo en el barrio y no tardó en juntarse con nosotros. Al poco tiempo nos contó que, en su país, sus amigos se dedicaban al atraco. Y consiguió meter en nuestras cabezas que esa iba a ser la forma de cumplir nuestros sueños.

A los dos meses ya estábamos planeando nuestro golpe. Habíamos ido a fichar varias casas de apuestas y un par de camiones de tabaco. Pero no estábamos muy convencidos, era la primera vez y faltaba sangre fría.

Una tarde en la que íbamos acompañando a Said a casa nos chocamos con un tipo muy extraño con un traje negro y una cicatriz en la cara que llevaba un maletín negro colgado de su mano como los de las películas. Y sin pensárselo le asestó un golpe en la nuca que hubiera tumbado al más fuerte.

A Said lo encontraron muerto a las tres semanas en el piso en que estaba viviendo con su padre. El hombre al que mató se trataba de un simple mensajero de la mafia que tenía que vender armas a traficantes. Y esas armas nunca llegaron, ya que no pudimos abrir el maletín que llevaba y del miedo lo tiramos al primer contenedor que vimos.

Nunca íbamos a imaginar que nos veríamos metidos en una historia de mafia y traficantes en la que moriría un gran amigo.

miércoles, 2 de marzo de 2011

El día esperado, por Jeison da Cruz


Imagen de Wikipedia.

Eran las 8:00, no tenía nada de sueño, estaba contento, impaciente, emocionado, hoy me esperaba un gran día, iba a ir al parque de atracciones con mis amigos.

Me levanté de la cama a las 9:00 y desayuné, sólo tenía un pensamiento, un gran pensamiento “el día esperado ”. Al acabar el desayuno me duché, me lavé los dientes, me eché gomina y por último me eché colonia, algo fuera de mi rutina diaria. Salí escopetado de casa al parque de atracciones, al llegar estaban todos mis amigos deseosos de entrar y con cara de malos amigos, llegaba tarde. Al entrar sentí un impulso impresionante en mi cuerpo estaba a tope de adrenalina sólo de ver todas las atracciones, pero de repente sentí algo en mi cabeza, no me lo podía creer, estaba empezando a llover; el día, de un segundo a otro, se fue al garete, vaya contrariedad. Esperamos unos minutos, pero la lluvia arreciaba y arreciaba. Al final tuvieron que cerrar y nos devolvieron el dinero de las entradas.

El día esperado se había trastocado; después de la faena del parque de atracciones mis amigos y yo nos fuimos de cañas a un bar, cogimos el puntillo y conocimos a unas chicas fantásticas, fue increíble. El día esperado se convirtió en el día impresionante.

martes, 1 de marzo de 2011

La niña, por Daniel de la Flor Pérez


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Érase una vez una niña que estaba todo el día saltando y cantando, a cualquier sitio que fuese. Decían los del pueblo que era la niña más feliz de aquel lugar.

Y tres científicos quisieron saber de dónde salía tanta alegría. Raptaron a la niña cuando estaba durmiendo en su habitación, le taparon la boca y le ataron las manos y, en lo que dura un pestañeo, se fueron. Al día siguiente sus padres no la encontraban y llamaron al sheriff muy nerviosos. El sheriff les prometió que haría todo lo posible para encontrar a su hija.

Mientras tanto, en el laboratorio de los científicos, estaban haciendo todo tipo de pruebas con la niña, pero no encontraron nada raro, uno de los científicos miro el árbol genealógico de la niña, y encontró que su bisabuela era igual de risueña que ella. Buscó un poco de la vida de la bisabuela, encontró que se llamaba Verónica, a la edad de trece años empezó a hacer daño a la gente del pueblo, hasta que llegó a un punto en que empezó a matar a la personas o a enterrarlas vivas. Los del pueblo no sospecharon de ella hasta la edad de dieciséis años. Cuando se enteraron de que era ella la asesina estuvieron a punto de acabar con su vida ahogándola, quemándola en la hoguera o enterrándola viva como ella hizo, pero llegó un anciano sabio y propuso que la castigasen a limpiar el pueblo y labrar las tierras de las personas que agredió y mató, y que estuviese vigilada las veinticuatro horas por cuatro sheriffs.

Cuando el científico llegó al final de la escritura, leyó: "La misma alegría y tristeza vendrán al pueblo en la tercera generación".

Los científicos se dieron cuenta que la tercera generación era la niña, se pusieron nerviosos sin saber qué hacer hasta que uno dijo que por qué no se lo decían a todos los del pueblo. Se pusieron en marcha, se vistieron para que nadie los reconociera, vistieron a la niña con distinta ropa y le cambiaron el color del pelo.

Salieron a la calle creyendo que nadie los iba a reconocer, pero justamente cuando iban a meterse en el coche, el sheriff pasó con el suyo, y los reconoció, se bajó y los retuvo hasta que viniesen los refuerzos.

Aparecieron los padres de la niña, y llorando corrieron a abrazarla. Detuvieron a los científicos queriendo decir ellos lo que habían descubierto, pero no les dejaban. De repente uno de ellos chilló pidiendo que los padres respondiesen a dos preguntas. La primera pregunta era: “¿Cómo se llama su hija?”, les contestaron que se llamaba “Verónica”. Los científicos preocupados se miraron entre sí, y la segunda y última pregunta fue: “¿qué edad tiene la niña?” La madre les contestó que dentro de tres días cumpliría trece años, los científicos histéricos empezaron a gritar todo lo que sabían de la niña, pero nadie les hizo caso y se los llevaron detenidos a la cárcel.