Por fin, el jurado ha encontrado el tiempo, entre tanto trabajo y días festivos, para decidir los ganadores del concurso literario del Daoíz.
Agradecemos a todos los alumnos su participación sin la cual no sería posible la realización del concurso. Y felicitamos a los ganadores de este año que son:
PRIMER PREMIO DE RELATO: SANDRA GARRIDO TORIBIO por “Croatoan”
SEGUNDO PREMIO DE RELATO: LAURA GUILLÉN DEL VALLE por “Luz de mi sendero”
PRIMER PREMIO DE MICRORRELATO: SUSANA DENCHE PESQUERA por “Un sábado
cualquiera”
SEGUNDO PREMIO DE MICRORRELATO: ALBERTO JIMÉNEZ JIMÉNEZ por “La búsqueda”
PRIMER PREMIO DE POESÍA: ALBERTO JIMÉNEZ JIMÉNEZ por “Ignominia”
SEGUNDO PREMIO DE POESÍA: DURLEY FRANCO VALENCIA por “Amado”
A continuación os dejamos los textos premiados para que los disfrutéis.
Croatoan
Desde
hacía años había estado recabando información acerca de la leyenda de la
Colonia de Roanoke, pero no terminaba de creerme nada. Desde pequeña tenía una
frase muy presente: Marca tu propio camino, no te dejes guiar por personas
ajenas sino que guíate de tu propia experiencia; y eso era lo que iba a hacer. Por
eso después de hablar con un compañero de mi universidad, Matt, decidí ir a
comprobar si todo era cierto. Los dos creíamos que se trataban de leyendas,
además no me vendría mal contar con él tras todo lo leído la mente podría
jugarme malas pasadas y con él podría asegurarme de si lo que veía era real o
no. Por cierto mi
nombre es Zoe, Zoe Winters y soy estudiante de periodismo en Los Ángeles, desde
allí he viajado con Matt hasta Carolina del Norte lugar donde se encontraba la
antigua Colonia de Roanoke, “la colonia perdida”. Aún sigo sin creer que haya
gente que se crea esas historias, que un centenar de personas desapareciera sin
dejar ningún tipo de rastro sólo una palabra escrita en la corteza de un árbol,
. Esos colonos seguramente se habrían adentrado en el bosque se
habrían asentado en otro lugar, y esta noche le mostraré al mundo que aquí no
ocurre nada y para eso (aparte de Matt) llevo conmigo varias cámaras que lo
grabarán todo y se emitirán en directo en mi canal de YouTube. Ya estábamos
cerca de la casa, antes de bajar del coche alcé mi mirada hacia el cielo
observando cómo se podía ver la luna, una luna que era casi por completo roja,
era la primera vez que veía la luna de ese color algo que me impactó así que me
aseguré de que quedara grabado en mi vídeo. Según la leyenda esa noche los
supuestos colonos se presentarían ante mí exigiendo sus tierras "menuda
tontería" pensé mientras me dirigía hacia la entrada de la casa. Allí
supuestamente habían muerto tantas personas en situaciones extrañas, y sí digo
supuestamente porque nunca se llegaron a encontrar sus cuerpos.
En lo que Matt se instalaba yo comencé a grabar toda la
planta en la que me encontraba dejando para el final el salón principal. Quería
dejarla para la última porque según lo que había leído allí encontraría la
palabra escrita con sangre. Fue una completa
decepción el llegar allí y no encontrar nada, todo estaba quedando documentado
así que esa farsa saldría a la luz cuando volviese. También hice un rápido
recorrido en la planta superior antes de ir a mi habitación e instalarme. El
resto del día transcurrió con normalidad e incluso habría pasado una buena
noche de no haber sido porque a eso de las cuatro me despertó un sonido
procedente del exterior de la casa. Estaba confusa, sonaba como... ¿un cerdo?
Sí, eso es lo primero que me vino a la mente, en las historias que había leído
este animal aparecía con bastante frecuencia pero creía que serían leyendas.
Aunque me levanté con gran agilidad de la cama y salí con mi cámara de la casa
no vi nada, supuse que me lo habría imaginado todo pero por si acaso fui en busca de Matt, tenía que contarle lo
que había escuchado y ver si él también lo había escuchado, pero cuando estaba
a punto de llegar a la habitación vi la figura de una mujer al final del
pasillo.. Al instante me detuve, la grabé con mi cámara mientras le exigía que
se identificara pero lejos de aquello la mujer soltó una carcajada. Aquello no
me gustaba nada así que bajé las escaleras yendo hacia la puerta de la casa..
Iba a salir cuando me quedé helada al ver como en el salón había aparecido la
palabra que en un primer momento había ido a buscar,tenía miedo así que grité
el nombre de Matt pero no obtuve respuesta. Desesperada salí de la casa con la
intención de irme en el coche, pero las sorpresas no habían acabado. Nada más
abrir la puerta me encontré con un grupo de personas justo delante de la casa
¿se trataba de la colonia perdida? Debían serlo, di un grito antes de girarme
yendo a regresar a la casa cuando sentí como unas manos fuertes y firmes me
sujetaban. Mi cámara cayó al suelo mientras unos hombres me arrastraban,
intenté soltarme pero no lo conseguí. En ese momento vi como otros dos hombres
arrastraban algo, o más bien a alguien ¿ese era Matt? Tenía un aspecto
horrible, no sabía qué le había pasado pero desde luego nada bueno. Le llamé
pero él no parecía estar consciente. Todo eso parecía formar parte de un
ritual, habían prendido una pequeña hoguera y una mujer se acercó a mí. Llevaba
un cuchillo y por el modo en el que me sujetaban pude averiguar cómo iba a
acabar aquello, intenté suplicarle que no lo hiciera e incluso le pedí que me
soltara que jamás contaría aquello pero no sirvió de nada. Fue rápido, la hoja
del cuchillo rasgó mi cuello,las manos me soltaron y yo caí de rodillas. Me
llevé las manos al cuello, intentando detener el río de sangre que salía de él.
Aquello no duró demasiado, en cuestión de segundos perdí toda la fuerza y mi
cuerpo cayó sobre la tierra y entonces... nada. Sólo oscuridad.
LUZ DE
MI SENDERO
Sin apenas darme
cuenta, el capitulo de mi vida había comenzado...
Era el momento justo
en el que me desperté de aquel sueño, casi submarino, que por momentos, parecía eterno. En ese instante comencé a estimularme;
abriendo, poco a poco los ojos, desadormeciendo mis pupilas; asomando
lentamente mi pequeña y frágil cabeza. Pausadamente iba saliendo de aquel
oscuro y húmedo lugar que durante unos largos meses había sido mi hogar.
Fueron varias horas de mucha presión, sintiendo a la
vez una fuerza innata que me empujaba
hacia un lugar desconocido, conducida por un camino por el que a duras penas
cabía, pero que finalmente conseguí salir, siendo guiada por una
pequeña luminosidad, que percibía en la lejana penumbra.
Me encontraba en un irreconocible lugar, sintiendo mil
sensaciones a la vez. Había muchas luces, y miles de sonidos aturdían mis
oídos, a la par sentía una fuerte presión atmosférica, un escalofriante frío
recorría todo mi pequeñito cuerpo y también tenía la sensación de tener mucha
hambre...todo ello a la vez.
Me sentía
abrumada y con mucho miedo, por lo que sólo me limitaba a llorar.
Ese extraño lugar estaba lleno de personas que me
miraban con asombro, otras sin embargo simplemente lloraban, pero había algo en
sus ojos; que les brotaba...era un brillo especial que me hipnotizaba
mirándolas fijamente sin poder retirar
mi corta vista de ellas.
Seguidamente empecé a reconocer algunas voces, eran
las voces que sonaban cuando estaba inmersa en aquella oscura piscina; por lo
que me hicieron sentirme en calma y protegida; puesto que eran voces que me
resultaban de algún modo familiares.
Sin apenas darme cuenta ese primer encuentro con el mundo
quedaba más lejano del momento en el que me encontraba actualmente.
Pasaron varias etapas de mi vida y de mi crecimiento,
dando zancadas sin freno, sin limitaciones, siguiendo el ritmo de la vida,
conformándome con todo aquello que en su paso me encontraba y con esa inocencia
nata que nunca se desprendía de mí, para no dejarme pensar en las posibles
consecuencias de mis desenfrenados impulsos inmaduros.
Y así, pasé diferentes ciclos en los que no entendía
nada de lo que me sucedía, encontrándome sola y perdida por momentos, momentos;
en los que todo giraba en torno a un páramo en el que me sentía una guerrera
solitaria. Siendo yo, contra el mundo.
Lamentablemente ese capítulo parecía no acabarse si no
repetirse una y otra vez, era una continuidad; siendo algo asfixiante para mí.
Caminaba por la vida como camina un leopardo salvaje,
creyéndome ser libre ante todo y ante todas las cosas, sin horarios, sin miedo
a represalias, sin temor por nada ni por nadie, siempre poseía una mirada fría
y firme, con la intención de que nadie descubriese que detrás de aquellos ojos fríos e inseguros se
abarcaba un inmenso miedo.
Pues bien la mayor parte de mi vida la pasé dando
pequeños saltos, pero todos ellos sin rumbo fijo, mi actitud ante la vida se
representaba con rebeldía, egoísmo, negatividad, y otros cuantos adjetivos
cuanto menos positivos...ya que por aquel entonces mi pensamiento era algo así
como "soy intocable ante la
vida" y ante todas sus consecuencias.
No obstante no sentía miedo a la muerte, ni tan si quiera
le tenía respeto, aquellos paseos nocturnos rutinarios que me marcaba día sí y
día también eran clave para dar respuesta de que no tenía de que preocuparme,
ni tan siquiera cuando paseaba por sitios oscuros e inseguros, cruzándome con
gente desconocida que no daban pie a pensar que sus intenciones eran buenas
ante el resto de la gente.
Me pasé la vida y las noches jugando a algo que no
sabía ser, hasta que una noche de otoño tuvo un suceso a lo que pudo ser la
peor noche de mi vida.
Seguramente es y será la peor, el peor día y el peor
momento que yo recuerde hasta hoy, y hasta el fin de mis días, pero todo ello
se quedó en un gran susto.
Pero bien ese
suceso quedó atrás, en el pasado. Ese momento marcó un antes y un después ante
mi perspectiva y actitud ante la vida. Cada día tenía que luchar para
levantarme con fuerza, como aquellas personas que se levantan y luchan cuando
son diagnosticadas una enfermedad crónica, y tienen que ser fuertes y no
demostrar debilidad ante aquella situación, pues así fue.
Día tras día, noche tras noche, desvelo tras desvelo,
fue una lucha constante contra el miedo y la poderosa mente, para luchar por
afrontar el presente.
Tras varios años seguía sin entender por qué la vida
me quiso dar ese susto, y comprendí que fue una lección de vida más que una
represalia, porque en muchas ocasiones lo que nos ocurre tiene un motivo de
aprendizaje.
Desde ese momento empezaron a subir mis niveles de
conciencia, sanando y despertando de la oscuridad, encontrándole sentido a la vida,
e intentando sentirme en armonía, y teniendo un equilibrio emocional.
Mi vida, mi espíritu de guerrera y mis ganas
comenzaron a cobrar sentido, empecé a salir de ese agujero negro y me empecé
conocerme a mí misma.
Empecé a hacer cosas que no acostumbraba y vi partes
de mí que desconocía, comencé a tener una visión diferente, más amplia,
evadiendo los ruidos constantes que no me permitían concentrarme.
Comencé a
escuchar sólo el ruido de mi soledad, encontrando el norte, la ilusión, la
alegría. Comencé a tomar conciencia; luz y la inspiración me invadieron.
Fue entonces cuando definí un nuevo rumbo y puse toda
mi energía en conseguirlo...
UN SÁBADO CUALQUIERA
Amaneció
un sábado demasiado lluvioso para ser mayo. En la silla del comedor, la bolsa
azul que siempre llevo para mis partidos de fútbol.
Ese
día no parecía diferente de otros sábados: mi amigo Luis esperándome en el
portal, mi hermana animándome desde su habitación.
Pero
yo me sentía distinta desde que amaneció; tenía ese cosquilleo en la boca del
estómago, el mismo cosquilleo que el día que mi equipo ganó el campeonato.
Entonces lo supe. Hoy iba a ser un sábado especial y ningún diluvio podría
detenerme.
LA
BÚSQUEDA
En
el vientre de mi madre, aún recuerdo la búsqueda constante de su aliento.
Después busqué llorando sus caricias y encontré en su pecho mi sustento. Más
tarde, buscando a quién imitar, no hice otra cosa que jugar, soñar, cantar; jugando
con mis amigos perseguíamos sentimientos que, ahora, distingo como felicidad.
De
pronto y sin previo aviso mi mente estalló en mil pedazos y una lluvia seca de
asteroides golpeó mi cabeza sumergiéndome en la tristeza.
Con
cientos de batallas perdidas y con otras tantas superadas, soy yo mi único
enemigo en la constante búsqueda de mí mismo para acabar victorioso esta
jornada. Buscan feos adjetivos para etiquetar mi desgracia y así me quedo solo
con mi profunda pena.
Buscaba
y encontré a un sabio experto en conocer lo que yo siento; este me entregó
remedios para tomar mañana, tarde, noche y mediodía. Me dio también un consejo:
el de seguir buscando solo alegrías.
Ahora
busco otros labios, otra piel, otras caricias, otros ojos, otra luz, otras
manos, otros sueños, otra esperanza, otro amor, otro lugar, otro laberinto
distinto… que me conduzcan a la salida. Pues como dijo el poeta Luis Eduardo
Aute: “La vida es búsqueda y no una guarida”
Quiero besar tu vientre,
y perderme
en el bosque florido
de tu piel.
Recorrer tu cuerpo
con mis labios,
descender barranco abajo,
besar tus pies.
Hacer de tu boca
mi colmena,
y con tu miel en mis labios
alimentarme.
Colmar de caricias
tus almenas,
y en el mar de tus ojos
abandonarme.
Lo sé,
no te merezco,
no soy honesto,
atado estoy.
Mi corazón lastimado,
olvidado, abandonado,
habita cárceles,
desesperado.
Lloraré y, aún así, te deseo.
Sufriré, no me importa, te quiero.
¿Ignominia? Puede ser,
más soy sincero.
Amado
Tierno, amable y cariñoso,
así eres mi amado esposo.
A veces jocoso, a veces
quejumbroso
por el trabajo tormentoso.
Así te quiero mi amado
esposo,
con tu genio intempetuoso.
Con tus virtudes y defectos,
para mí eres el más
precioso.
Así te quiero mi amado
esposo,
Elegante, con pasos firmes,
pasas por las calles
sublime,
dejando a tu paso el reflejo
grandioso.
Tierno, amable y cariñoso,
así eres mi amado esposo.
A veces belicoso, a veces
receloso
por el trabajo tormentoso.