CONCURSO LITERARIO CEPA DAOÍZ Y VELARDE 2019
GANADORES:
POESÍA 1º PREMIO: CALIGRAMA DE ANTONIA RAMOS FERNÁNDEZ NIIC
VUELAN MARIPOSAS
Vuelan
mariposas de colores,
vuelan
y el aire mueven sutilmente,
bordeando
formas y emociones.
Juegan
con partículas inmóviles.
Vuelan
mariposas de colores,
vuelan
y el aire mueven sutilmente,
mensajeras
de latidos e ilusiones.
Vuelan
mariposas de colores,
madeja
de emociones multicolores
de
latidos encogidos y palabras encarceladas
por
delito de ilusiones.
Vuelan
mariposas de colores,
vuelan
con suaves aleteos
entre
partículas suspendidas e inmóviles.
POESÍA 2º PREMIO: ENRIQUE CARREÑO SUÁREZ
DE FIGUEROA NIID
LA PERSEVERANCIA EN LOS
ESTUDIOS
Estoy en
tercero y cuarto,
en la ESO que me
estoy sacando.
Estudiando día a día con
mis apuntes en mano
de Lengua, Mates, Ciencias e
Historia, con una buena intención.
Los profesores son buenos si apruebas, si
no, van con el mazo dando.
Y yo, tan feliz, en
febrero de 2019 estudiando.
A ver si eres listo y adivinas
qué tipo de poema he escrito.
MICRORRELATO 1º PREMIO: CRISTINA
ARENAS NIA
CUANDO TU CUERPO MARCHITE
Le
dije: -- El día que tu cuerpo marchite quédate en alma a mi lado, clava tu
espíritu en mi carne cruda y fría tras tu partida y amanece en mis pupilas
cuando me vea reflejada en el agua cristalina de la mañana al lavar mi rostro.
--No
me iré con la sola compañía de tu ausencia, permaneceré invisible y latente en
tus latidos, resguardaré tus llantos y beberé tus lágrimas mientras me veles en
insomnios de dolientes rezos con mi nombre—Me respondió, apagándose la vida en
sus ojos.
MICRORRELATO 2º PREMIO: ANTONIA RAMOS
FERNÁNDEZ NIIC
FINALMENTE Y EN PRINCIPIO
Al
salir por la puerta grande quedó tan deslumbrada por el sol que bajó la mirada
al suelo y comenzó a andar el camino.
Continuó
andando y andando.
Y
con la cabeza gacha, ya por hábito, continúa recorriendo caminos…
RELATO 1º PREMIO: DANIELA ORELLANA
MORA NIIB
EL CEREZO
Tu madre
te abandona en un orfanato de monjas nada más nacer y ellas te ponen por nombre
Perpetua Felicidad porque es la santa patrona de ese día y como supuestamente
el Altísimo concede los deseos a sus hijos bien amados, te enseñan a rezarle
hasta dejarte las rodillas en carne viva pidiendo unos padres y le juras que
serás buena y que te portarás bien, pero eso no pasa y cuando cumples los
dieciocho y tienes que decidir si tomar los hábitos o irte, eliges quedarte
porque tampoco sabes dónde ir. Con el tiempo te conviertes en Sor Perpetua Felicidad,
aunque suene a chiste es la pura y santa verdad, además te gusta tu nombre.
Eres una monja de clausura acostumbrada a tratar con las niñas desamparadas y
faltas de amor del hogar, que ayudas a mantener gracias a los pasteles que
haces para vender los días de domingo después de misa y que te alegran tanto la
vida como el paladar… Tanto, que a los treinta años recién cumplidos y siempre
vestida de negro como buena viuda de nuestro señor, pareces una matrona sacada
del Medievo de inigualable belleza rubensiana. Pero pasa el tiempo, te haces
mayor y necesitas ayuda, así que el nuevo recadero se convierte también en tu
ayudante. Un chiquillo alto, flaco, de aspecto desaliñado y tan atolondrado con
el horno que se le queman tandas completas de merengues. Le dices una y otra
vez que son diez minutos por bandeja y la siguiente, sin embargo no presta
atención. No es delicado y hace sus labores de malos modos. No le echas porque
crees que podrías pulirle esos detalles, porque nadie nace aprendido y a pesar
de todo le coges cariño, pero un día le ves salir a hurtadillas de las habitaciones
de las niñas y al preguntarles, tus pupilas confiesan que las somete a abusos impronunciables
usando la brutalidad para no ser delatado y lo peor de todo, que eso pasa desde
hace dos años cuando llegó al convento recomendado por su tío que es el cura
del pueblo vecino y con el que está en connivencia. Horrorizada le encaras,
pero con una mirada maligna y desafiante que no habías visto antes, te dice que
no se va, que no se irá jamás. Entonces todo cambia. No sabes qué hacer
mientras sientes dolor, frustración y hasta decepción de la raza humana… Así
que te refugias en la palabra del Todopoderoso y le pides que te ilumine, que
te convierta en su instrumento una vez más, porque, gracias a la mala ventura
que significa la existencia del Caudillo, sabes que denunciar sería inútil. Hay
que ser realista. Y hay que ver cómo son las cosas… Un día un fuerte vendaval
arrasó el patio del convento y fue tan fuerte que el cerezo perdió todas sus
florecitas rosadas y quedó tan ladeado que las hojas que le quedaron casi tocaban
el suelo; así que cuando todo pasó, mandaste al sietemesino a cavar un agujero profundo
para devolverle la dignidad al árbol que tú misma plantaste siendo niña. Desde
la cocina le ves trabajar avanzando a buen ritmo y cuando lleva cavado más de
metro y medio, sientes que ése es tu momento. Así que coges tu mejor sartén, te
acercas a él y con todas tus fuerzas le aturdes a sartenazos hasta que lo ves
caer boca abajo. Como no sabes si está muerto, porque ya se sabe que con una
sartén de hierro por muy buena que sea, no se puede matar a un degenerado,
vuelves a la cocina y coges el bidón de parafina de la estufa y lo vacías
encima de su cuerpo para prenderle fuego con las cerillas que siempre llevas en
el mandil y alimentas la hoguera con los rastrojos secos del jardín para que
arda mejor, hasta que empieza a salir un humo tan negro como su miserable alma.
Mientras
miras la pira, lo imaginas nadando en el lago de fuego y azufre del Averno,
siendo recibido por el Demonio en persona y sientes una satisfacción tan
inmoral que te andas avergonzando porque ¡Dios mío y señor santísimo, eso no es
de buen cristiano! así que le das su debido responso, que aunque indigno también
es hijo de Dios y solo ante Él se debe pagar el pecar. Incluso percibes un
momento de comunión con el Altísimo cuando, ya fatigada de tanto tirar tierra
encima de sus restos, se pone a llover con tal ferocidad que queda sellada e imperceptible
para siempre la tumba del necio. Que ahí sigue, a los pies del cerezo.
“Eso
es todo señor agente. Estoy en paz e iré donde la justicia de los hombres me
mande”.
ATENCIÓN: la entrega de premios se hará coincidiendo con la de notas: día 13 de junio por la tarde, a las 18.00 horas, y día 14 de junio por la mañana a las 11.30 horas.