Vivo en España hace más de cinco meses. Desde el primer día que estoy en tierra extranjera, me siento profundamente atraída por el calor que hace en España, la arquitectura y los alimentos sabrosos, especialmente el jamón, que me gusta mucho.
Un inmigrante, como yo, debe aprender la lengua española, ya que es muy importante para vivir en este país; por eso, yo decidí entrar en este centro de educación de adultos. En él, hice muchos amigos entre mis compañeros de clase; además encontré una profesora amable que me enseña muchas cosas: me ayuda a corregir faltas de las frases que escribo, hacemos diálogos (aunque me cuesta mucho hablar), me pide con frecuencia que hable español con mis compañeros de clase… y yo agradezco mucho su ayuda.
Cada día, después de las clases, leo libros en español, pero para hablar bien una lengua es necesario dialogar con un nativo, y yo en casa no lo puedo hacer, por eso mi habla y mi oído son un poco malos.
Con el tiempo deseo ir aprendiendo bien el español, ya que la lengua nos une.
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