Salimos del tren de cercanías en la
estación de Recoletos, al pie mismo de la entrada. La estación de Recoletos
como del Paseo de Recoletos deben su nombre al antiguo convento de los
Agustinos Recoletos que en esta zona estuvo asentado, terrenos en los que hoy
se levanta el edificio de la Biblioteca Nacional.
Estos detalles y otros más nos los explicó con paciencia
nuestro nuevo guía voluntario Félix. Los guías voluntarios son personas
jubiladas que dedican su tiempo y esfuerzo en mostrar a sus conciudadanos de
forma gratuita los diferentes museos y monumentos que tenemos en Madrid. Sin su
participación desinteresada no sería posible asistir e estos espacios con guía
gratuito.
Félix nos fue enseñando desde los antiguos trajes que llevaban los Bibliotecarios Reales hasta
las nuevas técnicas de conservación de los libros que en ella se depositan.
Los alumnos atendieron con interés y paciencia las explicaciones
de nuestro guía despidiéndonos hasta la siguiente visita.
Antes de entrar en el Museo de la Biblioteca Nacional, tomamos un café en la cafetería del
Museo Arqueológico Nacional, ya conocido por nuestros alumnos de anteriores
visitas.
EL NOMBRE DE LA ROSA. 1980. Umberto Eco.
EL NOMBRE DE LA ROSA. 1980. Umberto Eco.
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