Un pastor al que el tren mató a su rebaño fue a la ciudad. En una tienda de juguetes, ve un tren en miniatura. Sin previo aviso lo empezó a romper. El dependiente asustado le preguntó: "Señor, señor ¿por qué rompe ese pobre tren?" a lo que el pastor respondió: "Mejor romperlos ahora que dejarlos que crezcan".
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