Tristeza,
terror, miedo… emociones fuertes todas ellas y contenidas en el cuadro "El
Guernica" de Picasso.
Fue
emocionante el relato de nuestras guías voluntarias en el Museo Reina Sofía
cuando nos enseñaron y explicaron el cuadro de Picasso.
Esa
mujer con su hijo, ese brazo roto, esa lámpara de pueblo iluminando a duras penas
las escenas de terror de los bombardeos, mutilaciones y muerte. Tan solo el
toro nos mira con firmeza a los ojos. El toro de España. Qué bien hablan.
-Nosotras
éramos pequeñas cuando la guerra; ¿te acuerdas Pili en el pueblo?
-¡Que
si me acuerdo! En el pueblo no hubo bombardeos pero el miedo circulaba por las
calles.
¿Te
acuerdas cuando pelaron a la maestra y la pasearon por el pueblo?
-¡Casi
la matan! Porque tenía santos e imágenes
en casa si no…
-Por
la maldita guerra no pudimos estudiar. Hubo que trabajar mucho para sacar adelante
la casa.
-A
mi padre le quitaron tierras y nos dejaron en la ruina.
- En
mi casa no paso tanto pero fue muy duro. Fueron años de mucho sacrificio y muchas
penurias.
-¡Como
ahora! Los chicos se quejan de lo mal que está todo pero me habría gustado
verlos en aquella época.
- Y
tanto Pilar. Te acuerdas como vestíamos. Cómo se heredaba la ropa de hermano a
hermano hasta que no quedaban más que zurcidos.
- Así
aprendí a coser yo. La ropa de padre, sus pantalones y camisas que ya no tenían
ni pana ni “na”…
La
memoria es flaca y nos olvidamos pronto de las penalidades pero es impresionante
como un pintor puede reflejar en un cuadro todo el horror y la injusticia de
nuestra guerra o de cualquier guerra; como las que vemos por el telediario.
Las
guerras siempre han sido y serán lo mismo: UN HORROR para la humanidad.
PILAR
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