jueves, 11 de marzo de 2010

El origen de los Corceles Negros, por Diana Fraile Atienza (Nivel II, A)

Imagen de Wikipedia.


En un pintoresco pueblecito habitaba un gigante llamado Antón. A pesar de ser grande, los habitantes le apreciaban mucho. Cada año, en su cumpleaños, los aldeanos le entregaban infinidad de regalos. Pero en un cumpleaños hubo un regalo en especial que le fascinó: un ángel le regalo diez corceles blancos. Eran muy hermosos. Antón los contemplaba a diario. Pasaron muchos días y muchas noches y un día se preguntó por qué no había corceles negros. Hasta que una noche una vocecilla le contestó: El amor hace milagros.

Una mañana soleada notó que uno de sus corceles no estaba. Sus huellas se introducían en el bosque. Su corcel se había perdido. El gigante lo buscó y buscó pero no lo encontró. Pasaron varios días y Antón entristeció mucho; así que los aldeanos se compadecieron de su dolor y le ayudaron a buscarlo, pero no lo hallaron.

Una mañana, un pastor se internó en el bosque en busca de una de sus ovejas. En su búsqueda encontró una bestia extraña en forma de corcel atascada en un pantano. Llevó la noticia a la aldea. El gigante al oír la buena noticia se levantó de su enorme cama y corrió en auxilio de su amado corcel.

Al llegar al lugar, lo sacó con su enorme mano, y al limpiar su hermosa piel cubierta de lodo se llevó una enorme sorpresa, ahora era totalmente negra. Un color negro tan brillante como el ébano. Entonces el gigante lloró de emoción y alegría, y comprendió las palabras de aquella vocecita. ¡¡El amor hace milagros!!
Cuenta la leyenda que el gigante, al pasar los años y las generaciones, se convirtió en montaña, en un bosque encantado alejado de la gente, y cuentan que en su interior alberga una manada de diez corceles blancos, comandado por un enorme y bello corcel negro.

No hay comentarios: