viernes, 4 de junio de 2010

Mi mundo, por Eva Esmeralda Jiménez Aguilar, Nivel II, A


Imagen de Wikimedia.

Todo el mundo va por libre, nadie se preocupa por nadie y todo el mundo tiene “libertad”, pero todos los jóvenes se hacen las mismas preguntas: ¿Encontraré un trabajo? ¿Podré independizarme? ¿De verdad puedo elegir libremente?

Todos se preguntan lo mismo y es que estamos viviendo tiempos de incertidumbre, no sabemos a ciencia cierta qué va a ser de nosotros el día de mañana.

Los chavales se drogan, no estudian, no trabajan, se meten en líos y peleas, tan sólo unos cuantos se preocupan por su futuro y aunque son cada vez más no son suficientes para cambiar la imagen que la juventud ofrece.

La economía del país está en crisis y sus ciudadanos también, pero una crisis de identidad, porque viven en un país donde no saben quiénes son, de dónde vienen o a dónde van y piensan que tienen libre albedrío, pero ¿es real esa libertad? No, porque les condicionan con modas, anuncios subliminales y necesidades creadas para que consuman de forma compulsiva mientras no existen oportunidades suficientes para satisfacer sus necesidades básicas de familia, empleo, etc.

Nadie es libre, ni siquiera los dueños del futuro, los jóvenes, que se supone que son los que van a hacer cambiar las cosas, se dejan llevar por las circunstancias sin darse cuenta de que su porvenir depende de lo que hagan hoy, y ¿qué pueden hacer hoy?

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