miércoles, 1 de junio de 2011

Cazalegas, provincia de Toledo, por Matilde Fernández Tofiño


En este pueblo nací yo. En una familia de jornaleros. A los cuatro años murió mi padre dejando a mi madre con cinco hijos trabajando de día y de noche. Por eso desde muy pequeña tuve que enfrentarme a llevar las tareas de la casa, además de cuidar de mis abuelos, pues mi madre estaba todo el día trabajando y yo, a medida que me iba haciendo mayor veía a mi madre cada día más agotada. Cuando me iba a la cama empezaba a dar vueltas: «¿cómo podría darle una vida sin tanto sufrimiento?». Con catorce años ya era lo bastante responsable para irme a la capital. A los pocos días preparé el viaje para más tarde irme a Madrid. Allí fui a trabajar en casa de unos señores. Al principio lo pasé mal hasta que me fui acostumbrando a la capital, pero yo seguí adelante sin rendirme. Con el dinero que me daban ahorraba junto con mis hermanos, y al cabo de unos años compramos un piso y pudimos reunirnos con nuestra madre, tratándola con cariño y respeto como ella nos enseñó. Después de morir mi madre, a los pocos años conocí a un hombre veinte años mayor que yo, y tenemos una hija que se llama Sara. Creo que con amor y respeto se consigue todo.

No hay comentarios: