martes, 7 de junio de 2011

Madrid me mata, y me resucita, por Teresa Pérez Abellán

Imagen de Wikipedia.

Estamos donde estamos, es decir en la “capital”, centro y periferia, torre de babel y cuna del cheli. Madrid, ciudad de contrastes, donde vivo, muero y revivo.

Desde hace muchos años, como la mayoría de los madrileños, vivo aquí sin ser de aquí, me instalé por un tiempo y ya me quedé.

Se añoran otros sitios, pero cuando estás fuera un tiempo deseas volver y te das cuenta que eres ya más de aquí que de cualquier otro lugar.

A veces maldices estas prisas, este maremágnum de gente, el tener que contar con tanto tiempo para ir a cualquier sitio (malditas distancias…), que todo está a tope, pero, ¿y el anonimato tan relajante, hacer y deshacer a tu bola, vas y vienes sin tener que dar cuentas…, las posibilidades de ver lo que quieras, estrenos, museos, además de paseos relajantes por alguno de sus parques… En definitiva, el cielo y el infierno, así es, lo tienes todo y no tienes nada.

Lo que sí tiene Madrid son unos inmensos brazos que acogen a todos, convirtiéndose en una ciudad cosmopolita de la que formamos parte todos los que aquí vivimos.

No hay comentarios: