miércoles, 9 de diciembre de 2009

La tragedia de Kevin Carter, por Cora San Miguel Velasco


Imagen tomada de la web de Matías Domínguez.

Quizá por el nombre no sepáis quién es, pero la foto de arriba seguro que todos la conocéis. Antes de contar quién fue Kevin Carter diré que ha vuelto a la actualidad de la mano de un cortometraje que de manera indirecta habla de él, aunque a mi parecer es bastante más duro de lo que fue la realidad de esta foto en sí. Para el que quiera verlo el corto se llama «En centésimas de segundo» y aquél que tenga un poco de sensibilidad le parecerá al menos impactante.

En la vida real, Kevin Carter recibió el premio Pulitzer en 1994 por esa foto. Una instantánea que tenía como fin concienciar a la gente de las barbaridades que allí ocurrían y ocurren. En vez de eso nos encargamos de quemar en la hoguera al fotógrafo, quien durante años se jugó la vida para mostrarnos lo que allí había mientras nosotros observábamos la realidad desde el sofá de nuestra casa, impasibles a lo que sucede. 

Después de esa foto los periodistas y ‘pensadores’ se atrevieron a decir cosas como que él era el asesino de la niña por no espantar al buitre y esperar a que la atacara.

Lo que parece cierto es que el fotógrafo esperó veinte minutos para conseguir la fotografía. El buitre estaba a demasiados metros de la niña, por lo que tuvo que aguardar a que se acercara para poder encuadrar la toma. No esperaba que la atacara ya que estaba al lado de un campamento de la ONU, en un descampado donde acudían a defecar, que es lo que hacía en ese momento, lo que provocaba la alta presencia de buitres. Tomó la foto, espantó al animal y se marchó. Le acusaron de esperar el ataque y yo pregunto, ¿de verdad creen que una persona que ha vivido durante años, día tras día, horas y horas entre guerras, balas, presenciando violaciones, muerte y hambre no hubiera aguantado más para conseguir su objetivo?

A pesar de todo, a Kevin Carter le concedieron el Pulitzer en 1994. Esa misma noche su amigo y compañero de batallas recibió un balazo mientras realizaba su trabajo de concienciación. Las declaraciones de Kevin cuando recogió el premio fueron: «Es la foto más importante de mi carrera pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla. La odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña».

Tres meses después Carter se suicido al lado de un río donde jugaba de niño, un lugar bastante paradisiaco. Entonces se dijo que la conciencia le pudo, pero, ¿de verdad creen que alguien hubiera sido capaz de aguantar todo aquello por concienciar a occidente, renunciando a su propia vida. Como se suele decir, alguien tenía que hacerlo. Si Carter hizo esa foto por fama y dinero, de lo que muchos le acusaron, ahora estaría nadando entre dólares debido a documentales, declaraciones y alguna que otra superproducción. Sin embargo todos sabemos su triste final.

Ésta fue su nota de suicidio: «He llegado a un punto en el que el sufrimiento de la vida anula la alegría… Estoy perseguido por recuerdos vividos de muertos, de cadáveres, rabia y dolor. Y estoy perseguido por la muerte de mi amigo Ken». Extraño camino para un ambicioso.

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