jueves, 21 de enero de 2010

Diario. 23 de diciembre de 2009, por Paki Gutiérrez Galisteo



Imagen de Wikimedia.


Ante todo quiero hacer constar que mi capacidad para expresarme es limitada, pues mi educación no fue como a mí me hubiese gustado, pero las necesidades en aquellos tiempos en los que me tocó vivir mi niñez eran las que eran y resultaba prioritario llenar la barriga a asistir a la escuela; así que a los cuatro o cinco años, que yo recuerde, me llevaban a la casa de mis abuelos en el pueblo y allí me tenían largas temporadas pues andaban malos tiempos y había muchas bocas que llenar en casa; además, no daba guerra, así que no tenían ningún problema en tenerme con ellos. Recuerdo siempre a mi abuela con su dulce sonrisa diciéndole a toda persona que se acercara (es un cacho de pan). Así se pasó el tiempo, y lo poquito que pude ir a la escuela fue tres cursos y no completos, ya que no podían matricularme porque cada cierto tiempo estaba en un sitio distinto, hasta que llegó el momento de quedarme con mis padres, y cuando quise darme cuenta estaba trabajando. Con esto no pretendo culpar a nadie de mi ignorancia pues era mucha la necesidad y poco dinero el que entraba en casa, que el único que ingresaba era mi padre; los hijos íbamos creciendo y la barriga también, así que cada uno empezó a dar el callo como podía y como Dios le dio a entender. Resumiendo: os quiero pedir que me disculpéis si meto la pata.

Escribo estas líneas porque Remedios, la profesora de Informática, nos ha pedido que hagamos un relato. Cuando nos lo dijo yo pensé para mí que lo dejaba para el año que viene por estas fechas, que ni sé donde se esconden las letras en el teclado, porque, para vuestra información, yo no sabía cómo se apaga el ordenador y le pegaba el tirón al enchufe: así acababa antes. Quiero que sepáis que salí muchas veces de clase con la sensación de que soy una inútil y hasta me han dado ganas de no volver, pero luego pensé: «¿Tan torpe eres que no vas a aprender a utilizar este trasto?» Gracias a la paciencia que tiene la profesora con nosotros porque, para enseñarnos, hay que echarle migas ya que cuando no falta uno falta el otro y nos lo tiene que repetir cuarenta veces y aun así no nos enteramos. Espero conseguirlo a base de machacar, y amenazo con seguir adelante. Así que, Seño, a aguantar toca.

P.D.: Remedios, espero que me ayudes a poner un poco de orden. Gracias.

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