viernes, 22 de enero de 2010

«Realidad», de Tom Stoppard; por Carlos Manuel Ruiz Jiménez


Imagen de Wikipedia.

Realidad (The Real Thing), es no sólo una de las mejores obras de Stoppard, sino, probablemente, una de las mejores piezas dramáticas del teatro británico de los últimos años del siglo XX. Es un texto duro con aparente tono de comedia, un teatro de ideas con una visión devastadora de las relaciones humanas.

En Realidad encontraremos muchas de las características de la escritura stoppardiana, y muy especialmente los diferentes niveles de «teatro dentro del teatro» que, si bien presentes en muchas de sus obras, son utilizados aquí de forma magistral. Así, además de algunos guiños a Wilde, Shaw, Coward y, de una manera más evidente a La señorita Julia de Strindberg, nos encontraremos con el clásico Tis Pity She’s a Whore [¡Qué lástima que sea puta!], de John Ford, como parte integral de un texto que revolotea alrededor del intento de definir lo que es «real».

Sobre el matrimonio y sus demonios
El Teatro María Guerrero ultima los ensayos de Realidad, de Tom Stoppard, que tiene previsto su estreno para el 28 de enero. La obra pertenece al segundo período, alejado ya del teatro del absurdo de sus primeras creaciones, pero sin dejar de lado la ironía y el ingenio característicos de Stoppard.

Javier Cámara y María Pujalte protagonizan uno de los textos más importantes del autor inglés al tiempo que uno de los más personales. Bajo la dirección de Natalia Menéndez, los actores bucean en las emociones más potentes, siendo partícipes de la propia experiencia del autor.

Sin perder su destreza verbal, Tom Stoppard elabora una realidad dentro de otra, como si fuera un juego de espejos en el que uno no deja de preguntarse qué es realidad y qué es ficción. Una reflexión sobre si lo que percibimos es la realidad o por el contrario un producto elaborado a partir de nuestros prejuicios.

Entrevista con el autor
Madrid recibe a Tom Stoppard por la puerta grande. El dramaturgo británico de origen checo, uno de los pilares del teatro actual, mantuvo en Londres una larga entrevista con El Cultural, la única concedida a un medio español días antes de que comience en Madrid su gran temporada: el estreno de Realidad, el día 28 de enero en el María Guerrero, y de Rocknroll, el 25 de febrero en las Naves del Matadero. Además, él mismo presentará la edición en castellano de su extraordinaria trilogía La costa de la utopía el tres de marzo y habrá lecturas dramatizadas de tres de sus piezas radiofónicas. Como ven, Stoppard en tres dimensiones. Para abrir boca adelantamos algunas de las declaraciones más sugerentes que recoge esta entrevista y que aparecerá en la edición impresa de El Cultural el día 22 de enero.

Eduardo Suárez (Londres):
La noticia es que Tom Stoppard está fascinado con Calderón. Lo descubrió viendo La vida es sueño en el Donmar de Londres y promete seguir indagando sobre él. “¿Ha visto usted alguna de sus obras?”, inquiere del periodista con curiosidad infantil. Así es Tom Stoppard: un tipo que no da la impresión de estar a punto de cumplir 73 años.
[...]

- Hábleme de Realidad
- Es una obra muy personal. Inventé la trama, pero debo confesar que todo en la obra tenía que ver conmigo. Los personajes tienen mucho que ver con mi vida. Después escribí una obra sobre un filósofo moral y en ella también había cosas sobre mí. Pero el protagonista de Realidad es un dramaturgo. Y supongo que eso lo hace estar mucho más cerca de mí. No es que sea exactamente mi vida pero algunos de mis problemas de entonces sí están ahí. 

- Uno de los personajes de la obra dice que «el matrimonio es una cosa del pasado y una forma de colonización». ¿Comparte ese punto de vista?
- Intentaba parodiar lo que algunas personas jóvenes piensan sobre el matrimonio. Por supuesto, hay personas que nunca maduran y siguen teniendo esos puntos de vista. Pero supongo que cuando escribí eso, estaba haciendo una especie de parodia de las feministas. 

- Pero Realidad trata sobre el amor y sobre el matrimonio. 
- Así es. Aunque creo que tengo que volver a pensar sobre la obra porque van a volver a representarla de nuevo en Londres en primavera, en el Old Vic, el teatro de Kevin Spacey. Por lo que recuerdo, es una obra tremendamente romántica.
[...] 
- ¿Es un hombre solitario? 
- Sí, yo valoro la soledad y vivo solo. No he vivido con nadie desde que me divorcié. 

- ¿Y qué le da la soledad? 
- Tiempo para pensar, para escribir, para leer. La soledad es no tener que hablar con nadie, no tener que hacer lo que otros dicen. No hablo solo del amor. Hubo un período durante el cual tuve a mis hijos viviendo conmigo. Y yo les amo. Pero sabían que no tenían que hablar por la mañana, era mejor no hablar durante una hora. Es interesante aunque quizá también triste.

Javier Cámara
Destaca que le fue muy difícil decir que no a este proyecto porque admira mucho a Stoppard y porque nunca había actuado en el María Guerrero. Es la obra adecuada en el momento preciso y lo dice exultante y feliz ante este «regalazo de Navidad» que Natalia Menéndez le ofreció a él y a María Pujalte.

El actor subraya que Stoppard -guionista de Shakespeare in love o Brazil- juega en esta obra, estrenada en 1982, «al teatro dentro del teatro» con un dominio «magistral» de la arquitectura dramática y, a la vez, con una implicación personal que quizá explique por qué está considerada una de las mejores piezas británicas de finales del siglo XX.

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