Nacida en Madrid, a muy temprana edad tuve que cuidar de mis 2 hermanos menores, por lo que mi asistencia al colegio se vio mermada casi en su totalidad. Nuestra juventud en Jerez de la Frontera tampoco nos dio la posibilidad de estudiar, y mucho menos de ir al colegio. Cuando atravesaba la primavera de mi vida, volvimos a Madrid, ciudad que ya no abandonaría. Mi trabajo, aunque duro y desagradecido, me proporcionaba el suficiente dinero para poder ayudar a mi familia.
A la temprana edad de 21 años contraje matrimonio, y la vida una vez más me impediría poder estudiar. La ayuda a mi marido en su trabajo y la aparición de 4 niños tampoco facilitó que pudiera ocuparme de mis inquietudes culturales. Ya en el otoño de mi vida, cuando mis hijos se independizan, es cuando me he podido dedicar a hacer un voluntariado en una asociación benéfica (te dejo el teléfono por si te animas a colaborar, 91 527 67 41), que devuelve con creces todos mis esfuerzos. Intento compaginar estos esfuerzos con mis estudios que al igual que la asociación, me hace sentir joven, útil, y lo más importante, válida.
Desde aquí no quisiera desaprovechar la ocasión de animar a todas aquellas personas que sientan la necesidad de desarrollar su vida cultural. Por último, no quisiera terminar sin agradecer el esfuerzo de los profesores del Centro Daoíz y Velarde, que realizan una labor entre profesional y humanitaria.
A la temprana edad de 21 años contraje matrimonio, y la vida una vez más me impediría poder estudiar. La ayuda a mi marido en su trabajo y la aparición de 4 niños tampoco facilitó que pudiera ocuparme de mis inquietudes culturales. Ya en el otoño de mi vida, cuando mis hijos se independizan, es cuando me he podido dedicar a hacer un voluntariado en una asociación benéfica (te dejo el teléfono por si te animas a colaborar, 91 527 67 41), que devuelve con creces todos mis esfuerzos. Intento compaginar estos esfuerzos con mis estudios que al igual que la asociación, me hace sentir joven, útil, y lo más importante, válida.
Desde aquí no quisiera desaprovechar la ocasión de animar a todas aquellas personas que sientan la necesidad de desarrollar su vida cultural. Por último, no quisiera terminar sin agradecer el esfuerzo de los profesores del Centro Daoíz y Velarde, que realizan una labor entre profesional y humanitaria.
1 comentario:
Hola. Me he sorprendido de ver que tenemos el mismo nombre y apellido, al ser éste poco habitual. Y quería enviarte un saludo. Yo estoy en Barcelona, y mi padre es de un pueblo cordobés, por si teníamos algo en común. Mi mail es : maribelah@yahoo.es
Un saludo.
Maribe lHerruzo
Publicar un comentario