martes, 11 de junio de 2013

"El recuerdo de una hija", por Victoria Martínez

Yo le pedía a Dios que una hija me mandara.
No me figuraba nunca que luego me la quitara.

Y tenía cuatro años, cuando Dios se la llevó
y recuerdo su sonrisa, su mirada y su voz.

Pasaron cincuenta y cuatro años que no olvido yo.
Espero que algún día se reencarne en una flor.

Hija mía qué vacío me dejaste al marchar,
espero que algún día a tu lado pueda estar.

Allí tienes a tu padre, tu sobrino de verdad;
ya no estás sola, en el cielo a ellos puedes abrazar.

Yo ya le dije a tu padre que tu madre no te olvida.
Os tengo en el pensamiento, para mí los tres sois mi vida.

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