martes, 10 de noviembre de 2009

Diferentes estilos, por l@s alumn@s del Tramo I

Imagen de Wikipedia.

A veces pensamos cuánto ha cambiado la vida en todos los aspectos y uno que nosotras notamos mucho es la manera de comprar; sí, sí, de cómo y dónde se compra. Antes, cuando tenías que hacer la compra, ibas al mercado de tu barrio e ibas recorriendo los distintos puestos y comprando aquí y allí, en el del carnicero, el frutero, el pescadero…; todos te conocían y tú también a ellos. Sabían muy bien lo que te gustaba y lo que solías comprar y ya casi sin pedirlo te lo mostraban. No digamos nada de las tiendas que estaban en tu barrio, donde comprabas de todo, había un trato casi de familia, nos contábamos nuestras cosas, sabíamos perfectamente cómo eran, cómo eran sus hijos y ellos conocían también a los nuestros. Ir a la tienda era como ir a ver a aquel familiar lejano con el que tienes mucha confianza y le vas contando y te va contando cosas que a otros ni siquiera les mencionas y la verdad es que no sabes por qué. Eran como eso que hoy se dice tanto: los psicólogos. Bajabas a la tienda y comprabas, hablabas con los tenderos y con las demás parroquianas, te distraías, descansabas un poco de las hazañas de la casa que pueden llegar a ser muy duras y quién no lo ha hecho, no lo sabe bien. Hoy día sin embargo compramos en lo que llaman las grandes superficies, en los supermercados, donde nadie te conoce ni tú conoces a nadie, donde vas sola por los pasillos cogiendo de aquí y de allá lo que crees que necesitas sin que nadie te pueda orientar, sin hablar con nadie. Y no digamos ya cuando llegas a las cajas a pagar, te atiende una señorita que a una velocidad de vértigo te va dando tu compra y que a ti no te da tiempo de ir guardándola en tu carro o bolsa y te dice cuanto es y tú mientras metes las cosas en las bolsas intentas sacar el monedero y el dinero y ves que no te da tiempo porque ella ya quiere despachar a otra y te pones tan nerviosa que lo que quieres es irte de allí cuanto antes, y de hablar y pegar la hebra, ná de ná.

No hay comentarios: