jueves, 12 de noviembre de 2009

Nuevas tecnologías, por l@s alumn@s de Tramo I


Imagen de Wikimedia.

Hemos oído muchas veces eso de «nuevas tecnologías» y no sabíamos muy bien a qué se referían. Hablándolo en clase nos dijeron que eran todos estos adelantos que nos ayudan en nuestra vida cotidiana, diaria, vamos. Cuando nos dijeron esto todas como balas dijimos: el móvil. Dichoso móvil; no queremos decir que no sea muy útil para algunas cosas, pero qué máquina infernal. Cuando te la compran tus hijos porque mamá tienes que llevarlo siempre por si te ocurre algo puedas contactar con nosotros enseguida, hasta ahí bien. Pero cuando empiezan, todos a la vez, a enseñarte cómo funciona, eso ya es el «disloque». Tú no te enteras de nada, no sabes para qué es cada botón, qué tienes que hacer para llamar ni para recibir la llamada. Te tiemblan las manos cada vez que lo coges y no atinas a nada. Cuando parece que ya lo vas entendiendo, te sale la voz de una señorita y te dice algo que tú casi no oyes y luego parece ser que es que te falta meter dinerillo, lo que faltaba. Hasta que coges a tu nieto o nieta, cuanto más pequeño mejor, y le dices: «A ver hijo, ¿cómo se maneja este trasto?». Y él o ella te lo cuentan, sólo lo más preciso, no te enteras de nada. Estos niños de hoy día como saben todo, como se enteran de todo esto de las máquinas sin que nadie se lo explique, nos dejan boquiabiertas. Todas llevamos nuestro móvil, pero casi nunca te das cuenta de ello y luego te suena en el momento más inoportuno: en misa cuando estás a punto de comulgar y el cura te mira con una cara que para qué; en clase y el maestro te dice: «Ese móvil…»; en el médico cuando te está indicando cómo se toma este o aquel medicamento; en fin, siempre a deshoras. Bueno y no hablemos del ordenador, bueno sí, pero eso será otro día.

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