Hago referencia al artículo del periódico “20 Minutos” del día 22 de enero de este año.
Aunque las enfermedades que cita son diabetes, asma, portadores de sida, hay otras enfermedades que también son discriminantes.
Hoy voy a contar la enfermedad que padece mi hija desde los 15 años, actualmente tiene 26.
En un momento de esta enfermedad estaba trabajando y no la quisieron seguir teniendo en la empresa porque le dio una “crisis epiléptica” en la calle con su encargada. Aunque tenía un contrato “basura” y estaba todo el día en la calle haciendo encuestas, ese día su encargada le tenía estresada, con lo cual se le olvidó tomar su medicación… y zás, la tuvieron que llevar a un hospital.
Fuimos su padre y yo, hablamos con su encargada y le dijimos que íbamos a denunciar a la empresa. Tras comprobar que nuestra hija se encontraba bien decidimos olvidarnos de esta empresa.
Ahora mi hija tiene un trabajo en el que le han hecho un contrato indefinido. Ella está muy contenta, nosotros también. Toma sus medicamentos y es raro que le dé una “crisis” como aquella.
Aunque es una enfermedad que padecen más personas de las que creemos, no es ni mucho menos grave, pero está ahí y puede ser discriminante.
Su jefe y sus compañeros conocen su epilepsia
Todo esto es el final feliz de una historia triste.
Aunque las enfermedades que cita son diabetes, asma, portadores de sida, hay otras enfermedades que también son discriminantes.
Hoy voy a contar la enfermedad que padece mi hija desde los 15 años, actualmente tiene 26.
En un momento de esta enfermedad estaba trabajando y no la quisieron seguir teniendo en la empresa porque le dio una “crisis epiléptica” en la calle con su encargada. Aunque tenía un contrato “basura” y estaba todo el día en la calle haciendo encuestas, ese día su encargada le tenía estresada, con lo cual se le olvidó tomar su medicación… y zás, la tuvieron que llevar a un hospital.
Fuimos su padre y yo, hablamos con su encargada y le dijimos que íbamos a denunciar a la empresa. Tras comprobar que nuestra hija se encontraba bien decidimos olvidarnos de esta empresa.
Ahora mi hija tiene un trabajo en el que le han hecho un contrato indefinido. Ella está muy contenta, nosotros también. Toma sus medicamentos y es raro que le dé una “crisis” como aquella.
Aunque es una enfermedad que padecen más personas de las que creemos, no es ni mucho menos grave, pero está ahí y puede ser discriminante.
Su jefe y sus compañeros conocen su epilepsia
Todo esto es el final feliz de una historia triste.
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