Cuando el tiempo es bueno, suelo salir a dar un paseo por el parque contiguo a la Plaza Elíptica. Desde esta plaza y hasta casi la Avenida de los Poblados hay un carril para bicicletas que a veces se ve ocupado por grupos de paseantes que no respetan dicho carril.
No tengo nada contra los paseantes y, por supuesto, tampoco contra los ciclistas, pero digo yo, ¿no sería mejor que al diseñar una calzada para paseantes y otra contigua para ciclistas, las separaran con un seto o algo similar? Pues da un no sé qué ver a un ciclista, lanzado como si se tratara de una competición, pasar al lado de uno que va a pie, con el riesgo de una falsa maniobra y que acaben los dos por el suelo.
En tiempos, había unos circuitos cerrados donde los ciclistas podían emplearse a fondo sin riesgo para nadie: velódromos, donde se hacían competiciones o sencillamente se recorrían kilómetros: “hacer piernas”, se decía en mis tiempos.
Pues bien, si esta sugerencia llega a instancias interesadas en el diseño de rutas deportivas, que tengan en cuenta el factor riesgo. Es sólo para evitar achuchones a la infantería. De frente, marchen…
No tengo nada contra los paseantes y, por supuesto, tampoco contra los ciclistas, pero digo yo, ¿no sería mejor que al diseñar una calzada para paseantes y otra contigua para ciclistas, las separaran con un seto o algo similar? Pues da un no sé qué ver a un ciclista, lanzado como si se tratara de una competición, pasar al lado de uno que va a pie, con el riesgo de una falsa maniobra y que acaben los dos por el suelo.
En tiempos, había unos circuitos cerrados donde los ciclistas podían emplearse a fondo sin riesgo para nadie: velódromos, donde se hacían competiciones o sencillamente se recorrían kilómetros: “hacer piernas”, se decía en mis tiempos.
Pues bien, si esta sugerencia llega a instancias interesadas en el diseño de rutas deportivas, que tengan en cuenta el factor riesgo. Es sólo para evitar achuchones a la infantería. De frente, marchen…
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