Estamos muy contentas de poder participar en esta actividad del colegio. Aunque nosotras estamos empezando a leer y a escribir, tenemos mucho que contar. Cada una tenemos una historia vivida y ahora estas clases nos han reunido y en ellas todas y cada una de nosotras tenemos cabida. En nuestras clases todas las mañanas intentamos aprender, aprender a leer, aprender a escribir, aprender a contar, aprender a sumar y restar, aprender a poder escribir un número de teléfono, aprender a poder escribir el nombre de una comida en etiquetas para congelar, aprender a leer los precios de los alimentos en el mercado, aprender todo lo que no pudimos aprender cuando éramos pequeñas y las circunstancias, los trabajos, la penuria de entonces nos lo impidió. Eran otros tiempos y se daba más importancia a otras cosas. No somos raras, somos supervivientes de la época difícil que nos tocó vivir y esa fuerza nos ha hecho fuertes y no sentir vergüenza de a nuestra edad venir cada día al colegio a APRENDER, así con mayúsculas. Nuestro profesor nos dice casi a diario que él también aprende mucho de nosotras; no sabemos si lo dice para animarnos, para quedar bien, o porque realmente sea cierto, pero lo que sí hemos aprendido es que todas las personas, sean lo que sean, siempre, cada día, tienen algo que APRENDER.
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