El 2 de mayo de cada año, la Comunidad de Madrid celebra su fiesta oficial en recuerdo de la gesta que el pueblo madrileño protagonizó ese día del año 1808.A la sazón, Manuel Godoy, favorito de la Reina, gobernaba el país con la vista puesta en su propio bolsillo y no en el bien común, lo que, unido a su inexperiencia, le llevó a pactar con Napoleón. Ese pacto supuso la ocupación pacífica de España por parte del ejército imperial francés (30.000 soldados franceses sólo en Madrid frente a los 8.600 españoles, por otro lado soldados cortesanos y no preparados en la disciplina de la guerra).
Ante la provocación del general Murat, el pueblo madrileño se lanzó a la calle para luchar contra el invasor y expulsarlo del país (incluso los presos solicitaron ser excarcelados bajo promesa de regresar). La determinación y el arrojo de miles de ciudadanos anónimos escribieron una página gloriosa y señera de nuestra Historia, página que Goya ilustraría con sus pinturas.
Muchos fueron los militares que, con motivo de estos hechos, se distinguieron por su profesionalidad, por su capacidad de liderazgo y por su valentía. Cuando pensamos en ellos, vienen a nuestra cabeza de inmediato dos nombres, los de los capitanes Luis Daoíz y Torres y Pedro Velarde y Santiyán, conocidos popularmente como Daoíz y Velarde. Igual que otros cientos de madrileños, ambos perdieron la vida aquel día.
La comunidad educativa del Centro de Educación de Personas Adultas Daoíz y Velarde se siente honrada de que su centro conserve la llama viva de la memoria de gesta así de señalada en la persona de dos de sus hijos más queridos.
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