viernes, 18 de marzo de 2011

Dos modos de entender la vida, por Ana Toapanta


Imagen de Wikipedia.

Había dos hermanas de sangre que tenían distinto criterio para entender la vida. La mayor, Viqui, como la llamaban, desde muy niña trabajaba mucho para sacar las mejores notas, jugaba en el equipo de baloncesto y se esforzaba por sacar tiempo para ayudar a sus padres en su pequeño negocio familiar. Aprendió la lección que le dio la vida al ver como sus padres prosperaron de la nada y en la actualidad pueden vivir dignamente. Viqui terminó sus estudios y encontró un buen trabajo en el que se sentía muy a gusto porque correspondía con lo que había estudiado.

En cambio, la pequeña, Elena o Elenita, como se la llamaba, que había tenido todo en la vida, como su hermana, además del apoyo por parte de sus padres, no se esforzaba en conseguir sus metas y se conformaba con lo que tenía. No terminó sus estudios porque encontró un chico de posición económica estable con el que se casó pensando que no tendría ninguna necesidad más en la vida. Cuando le fue mal con su marido, se dio cuenta tarde de que, no haber aprovechado lo que tenía cuando era más joven, le había dejado sin una carrera profesional. Ahora no es feliz.

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