jueves, 10 de marzo de 2011

Mi historia de amor

Imagen de Wikipedia.

Os voy a contar cómo conocí a mi novia. Una tarde decidí conectarme a una página de una antigua discoteca para chatear un rato y conocer gente con la que comparto afición por cierta música; pues bien, allí estaba ella.

En cuanto vi su foto quise conocerla; rápidamente la saludé y empezamos a hablar. Tarde tras tarde y noche tras noche, cuando me conectaba, deseaba que estuviera esperándome en el Messenger con las mismas ganas de hablar conmigo que tenía yo de hacerlo con ella; y ahora, sé que así era. Al principio las conversaciones eran típicas y superficiales, hablábamos de temas como la discoteca, los Djs o la gente, pero poco a poco conseguí saber más de ella, gustos, aficiones y cosas de su vida en general. Según íbamos hablando día tras día sentía que me gustaba cada vez más, la animaba cuando estaba triste, era la única con la que me apetecía hablar cuando tenía un mal día incluso la hacía reír para que me mostrara la mejor de sus sonrisas.

Un día conseguí quedar con ella, fue un día que espero no olvidar nunca. Quedamos en Atocha y recuerdo como si fuera ayer los nervios que sentía, la ilusión de verla acercarse a los torniquetes, la vergüenza al saludarla con dos besos. Durante los largos paseos por la estación, Atocha y El Retiro fui calmándome y sintiéndome cada vez más a gusto a su lado; después de un rato de tonteo y de mirarla fijamente la besé, fue a partir de ahí cuando supe que quería estar con ella, y después de un mes demostrándole que lo decía de verdad, empezamos a salir.

Alguno que lea esta última parte pensará que estoy exagerando, lo sé porque ella también lo pensó cuando se lo dije, pero mirad si realmente lo decía en serio que, después de más de cuatro años, sigo a su lado, y creedme que no siempre es fácil.

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