lunes, 21 de marzo de 2011

Mi hermanita, por José Luis Alonso


Imagen de Wikimedia.

Pelusa tiene una hermanita. Su mamá está muy preocupada. Se siente tan solo que ni siquiera tiene ganas de comer. Pelusa intenta jugar sin hacer ruido para que su hermanita no se despierte, pero es tan aburrido.

¡Qué bien! Su amigo Pompón ha venido a buscarlo para ir a pescar.

–Pero primero tengo que pedir permiso a mamá –dijo Pelusa.

¡Qué mala suerte! Mamá dice que se lleve a su hermanita que se acaba de despertar.

–Pompón, ¿puede venir mi hermana con nosotros?

–¡Claro!

La hermanita de Pelusa llora todo el rato porque quiere pararse a recoger flores.

–Así nunca vamos a llegar al río. ¡Qué lata! ¿No te gustaría tener una hermanita? Si la quieres, te la regalo –dijo Pelusa.

–¡Ay, ay, ay!

De repente, la hermanita de Pelusa ha desaparecido. Se ha hecho de noche y Pompón tiene que volver a su casa, pero Pelusa sigue buscando.

–¿Dónde podrá estar?

En ese momento, oye a papá y a mamá gritar su nombre.

–¡Pelusa, Pelusa!

Cómo va a decirles que su hermanita se ha perdido. Pelusa se acerca a papá preocupado. Cuando papá se da la vuelta, ve a su hermanita en los brazos de papá.

En el corazón de mamá y papá hay sitio para los dos.

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